Como casi todos lo sabemos, Apolo 11 fue una misión espacial histórica que permitió que por primera vez el ser humano pisara la superficie del satélite terrestre el 21 de julio de 1969.
A 50 años de este hito histórico, hoy recordamos la trascendental participación de una mujer ingeniera que desarrolló el software de navegación para el Programa Espacial Apolo.
Margaret Hamilton, una ingeniera en Sistemas y Matemáticas, fue quien en 1969 tuvo la difícil tarea de escribir el código que permitió al Eagle llegar a la luna. Esta científica nacida el 17 de agosto de 1936 en Estados Unidos de América, dejó una huella en la historia de la humanidad y se le conoce como “la madre de las cuerdas” debido a su importante contribución en la misión espacial.
Vi un anuncio en el periódico de MIT que pedía ingenieros de sistemas y software para enviar hombres a la Luna, y en ese momento pensé que era una buena idea enviar a unos cuantos que conocía bien lejos, la verdad es que me quede con las ganas de enviar a unos cuantos más.
Margaret Hamilton
Foto: NASA. Hamilton durante su época como principal diseñadora de software de vuelo para el Apolo.
Por aquellos años, ver a mujeres en el ámbito de la ingeniería era algo bastante extraño, pero los conocimientos que tenía Margaret le permitieron participar en la NASA, desarrollando inicialmente un sistema de emergencia. Ella fue la encargada de escribir y diseñar el programa, el cual podía realizar cálculos durante la misión, cargar procesos de forma asíncrona y detectar errores en tiempo real para avisarle a los astronautas en caso de que se produjese un hecho inesperado, como el que precisamente tuvo lugar momentos antes del alunizaje.
El 20 de julio de 1969, cuando faltaban pocos minutos para iniciar con el alunizaje sobre la superficie lunar, de pronto se encendió una alarma en el ordenador con los códigos 1201 y 1202. El astronauta Neil Armstrong al comando de la nave transmitió el error al centro de operaciones en Houston, para decidir en cuestión de segundos si abortar o aterrizar. El equipo de Hamilton reconoció inmediatamente que el error solo advertía que el ordenador tenía un exceso de datos y el procesador estaba limpiando la lista de tareas poco prioritarias para destinar todos los recursos a las funciones de descenso.
En ese momento el equipo de Hamilton entró en funcionamiento permitiéndole a la sobrecargada computadora que se reiniciara y eliminara las tareas sin importancia, permitiendo así completar de forma exitosa la misión Apolo 11.
La mujer, la luna y un reconocimiento que llegó más tarde
